Anna Maria della Pietà
(c.1696-1782)
También conocida como Anna Maria dal Violin, Anna Maria della Pietà fue la intérprete más célebre procedente del Ospedale della Pietà, orfanato veneciano en el que permaneció toda su vida. Nació en torno a 1696, y unos diez años más tarde fue admitida en el coro del orfanato, donde recibió clases de violín de Vivaldi. Para 1721 ya había empezado a tocar partes solistas en conciertos, recibiendo numerosas críticas y menciones positivas y llegando incluso a ser considerada como la violinista más destacada de Italia. En 1737, Anna Maria fue ascendida al rango de maestra de violín, y posteriormente fue elegida maestra de coro, dejando apartada su carrera como solista.
Biografía
Primeros años
Anna Maria nació en torno a 1696, y fue una de las niñas huérfanas admitidas en el Ospedale della Pietà en Venecia, un orfanato establecido por la clase dominante adinerada con el fin de criar a niñas que serían útiles para la sociedad desde un punto de vista práctico o artístico.
Como la mayoría de los bebés abandonados en el orfanato, Anna Maria no tenía apellido, aunque con el tiempo fue conocida como Anna Maria dal Violin y Anna Maria della Pietà.
Alrededor de 1706 fue admitida en el coro femenino del Ospedale, donde el célebre Antonio Vivaldi, director del orfanato en aquella época, fue uno de sus maestros. En julio de 1712 le compraron un violín, y en agosto del mismo año actuó en el convento de San Francesco della Vigna con un pequeño grupo de “figlie di coro” (hijas del coro).
Trayectoria
En abril de 1720 recibió un nuevo violín, y un año después fue nombrada una de las catorce “figlie privilegiate” autorizadas para actuar como tutoras de un huésped, servicio que brindó durante más de sesenta años. Además, con el tiempo fue adquiriendo una excelente reputación como intérprete al tocar partes solistas en conciertos, recibiendo numerosos elogios y llegando a ser descrita como la violinista más destacada de Italia.
El 30 de agosto de 1737, Anna Maria fue ascendida al rango de maestra, con especial responsabilidad en la enseñanza del violín, y elegida para el cargo de maestra de coro. Debido a esto, dejó de aparecer como solista.
Como maestra de violín tuvo mucho éxito, contando entre sus alumnas a Bernardina, Santa y Chiara, otras célebres violinistas de la institución. Además, dominó la viola d'amore, el violonchelo, la mandolina, el clavicémbalo, el laúd y la tiorba.
Legado
Anna Maria permaneció en el Ospedale hasta su muerte en 1782. Si bien sus actuaciones con la orquesta de la Pietà se convirtieron en un popular atractivo turístico, nunca viajó para actuar ni se hizo conocida fuera de Italia. No obstante, su legado perduró tanto en los violinistas a los que enseñó como en las incontables obras que le dedicaron, cuya dificultad reflejaba la extraordinaria habilidad que debió tener como intérprete.
Vivaldi compuso para ella al menos veinticuatro de los treinta y un conciertos que le fueron dedicados; Tartini, Brusa y Mauro D’Alay se encargaron del resto.